Durante todos los años de vida de este blog (vida que, en algunos momentos, ha estado a punto de apagarse para siempre...), hemos hablado, y seguimos haciéndolo, de pensadores y escuelas de la época clásica. Sin ir más lejos, de Platón hemos realizado dos series: una en la que hemos analizado aspectos concretos de su pensamiento; y otra, que mantenemos en la actualidad, en la que estudiamos sus Diálogos, uno por uno.
Pero, hasta el momento, apenas habíamos mencionado al otro "grande" de la época antigua: Aristóteles. Teniendo en cuenta que el blog posee ya una existencia de más de una década, no haberle dedicado ni una sola nota al que, quizá, es el más grande de los filósofos (no sólo en el tiempo clásico, sino de todos los tiempos), es una carencia injustificable. De modo que, con esta nota, iniciamos una nueva serie, dedicada al gran Estagirita. Recorreremos su vida, sus obras, su relación con el platonismo, la ciencia, la física, la metafísica, la psicología, la epistemología, la ética, la política y la estética según las vio el gran filósofo macedonio.
Las obras que empleamos para poder escribir esta serie de notas se recogen al final de la presente, pero en casi todas ellas vamos a emplear la totalidad de las fuentes. Hay, naturalmente, una cantidad ingente de manuales, textos y versiones más o menos fidedignas de las obras aristotélicas, pero nosotros nos vamos a ceñir a las citadas.
Aristóteles, sobretodo a lo largo de todo el periodo medieval, fue visto por muchos como el más grande y genuino pensador. Su prestigio era tal que todo lo que se relacionaba con la "razón humana" (así, en genérico) estaba directa o indirectamente ligado a las tesis y opiniones aristotélicas. Casi toda la filosofía propia de los pensadores cristianos, musulmanes o judíos está conectada con nuestro filósofo, y las cuestiones, disputaciones y comentarios que hicieron no son sino interpretaciones, hipóstasis y reelaboraciones de ideas, nociones y conceptos que brindó el gran estagirita.
Sin embargo, hay que ir con cuidado, porque precisamente toda esta sarta de reinterpretaciones y acomodaciones posteriores pueden (y, de hecho, así ha sido) ensombrecer y emborronar al Aristóteles original, dado que muchos (encadenados como estaban a sus respectivas religiones del Libro) quisieron encajarle como mejor se pudiera a sus propias creencias.
Es imposible (además de absurdo) separar a Aristóteles de su tiempo, de los valores imperantes tanto como de los prejuicios, pero hay que aceptar que, como señala Jesús Mosterín, "más allá de la inevitable caducidad de sus tesis, es esa aura de sentido común, inteligencia y serenidad lo que todavía sigue interesándonos y atrayéndonos" de Aristóteles.
El sabio de Estagira no hacía la típica distinción, como ahora, entre Ciencia y Filosofía; a él no se le podía etiquetar como científico o como filósofo, pues era ambas cosas. Es más, fue el fundador de la mayoría de las disciplinas filosóficas, y de otras que no tenían relación con ellas. Era tanto un astrónomo como un lógico, un crítico literario que un biólogo, un físico que un historiador... "Las dos culturas" no tendrían ninguno sentido para él, como tampoco para los renacentistas, como espíritu humano deberíamos recuperar en la actualidad, aprendiendo por igual (al menos en sus aspectos básicos) todas las ramas del saber y la cultura humanas.
Podríamos decir que Platón, el maestro de Aristóteles en la Academia, fue quien planteó todos los grandes problemas y cuestiones filósoficas que, con el transcurrir de los siglos y los milenios, los posteriores filósofos irían abordando cada una según sus propias nociones. Pero Aristóteles, el más creativo y el más sistemático de todos sus discípulos, fue quien ordenó, estructuró y organizó esos mismos problemas, y quien, además, elaboró todo un catálogo de conceptos para poder tratarlos y enunciarlos del mejor modo.
Es decir, en Platón lo que tenemos son extensos diálogos en los que la sistematización brilla por su ausencia, y en cambio domina una forma más dispersa, más literaria, sin seguir un orden, en la que los conceptos y las ideas a veces pueden quedar inconclusas, como sin llegar a ningún puerto al terminarlo. O puede ser difícil, por la misma naturaleza del diálogo, llegar a un concepto concreto. Aristóteles, por su parte, analiza todo de un modo parcelado, sistemático, y clarifica mucho la exposición, pese a que su prosa, cuyo motivo veremos, es ardua y nada agradable, al contrario que la forma dialogada tan bella de Platón.
Podríamos decir que la obra de Aristóteles es como un fresco de su tiempo, una especie de enciclopedia que recoge, sintetiza y resume los saberes de la época.
Hay una serie de conceptos fundamentales que recorren la obra filosófica de nuestro personaje. "Ser", "sustancia" y "propiedades", por ejemplo, son expresiones fundamentales para poder comprender su Metafísica. Todos estos conceptos los iremos tratando a su tiempo en esta serie.
La Física aristotélica, por su parte, es el estudio de la naturaleza, que comprende su teoría del mundo y, dentro de la cual, también encontramos la noción de hombre. Para el sabio macedonio, el hombre no es más que un tipo especial de animal, el "zoon politikón" (en griego, o animal político), que además de poseer vida y facultades perceptivas de su entorno, posee entendimiento, que le permite conocer las causas de lo que sucede. Y su mismo comportamiento puede seguir unas pautas que constituyen el "saber práctico" (o Ética), el cual se relaciona en último término con ese otro tipo de saber que permite al hombre vivir en sociedad, en comunidad, y que debe regir su comportamiento social (Política).
Éstas son algunas de las temáticas que iremos viendo a lo largo de esta serie. Os invitamos a descubrir al gran filósofo macedonio con nosotros.
-Bibliografía empleada en la presente serie:
-Historia de la Filosofía, F. Copleston, Volumen 1 (Grecia y Roma), Ariel, Barcelona, 2004.
-Aristóteles, J. Mosterín, Alianza Editorial, Madrid, 2006.
-Aristóteles, Obras (con estudio introductorio de Miguel Candel), Gredos, Barcelona, 2011.
-Historia de la Filosofía, Nicolás Abbagnano, Volumen 1 (Filosofía antigua - Filosofía patrística - Filosofía escolástica), Hora, Barcelona, 1994.
-La filosofía griega, B. Parain (dir.), Siglo XXI, Madrid, 2002.
-Historia de la Filosofía, J.R. Ayllón, M. Izquierdo y C. Díaz, Ariel, Barcelona, 2005.
1 comentario:
lo que sucede. Y su mismo comportamiento puede seguir unas pautas que constituyen el "saber práctico" (o Ética), el cual se relaciona en último término con ese otro tipo de saber que permite al hombre vivir en sociedad, https://egobex.net/medicina-forense/
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