11.4.20

Aristóteles (II): Vida

Aristóteles - Revista Esfinge

A finales del verano del año 384 antes de Cristo vino al mundo Aristóteles, en la pequeña ciudad de Estágira, en Tracia. Hijo de Nicómaco, un afamado médico que trabajaba para el rey Amintas III de Macedonia, y de su madre Faistis, que procedía de Eubea (lugar donde poseía una casa, y a la que su famoso hijo volvería al final de su vida), descendía de una familia de Asclepíades, es decir, médicos que pretendían descender de Asclepios, el dios de la medicina. La enseñanzas médicas pasaban de padres a hijos y el pequeño Aristóteles con seguridad recibiría una formación en este campo, lo que muy probablemente está ligado a su aprecio por las ciencias naturales, y particularmente la biología.

El futuro gran filósofo se mudaría pronto de Estagira a Pela, y puede que allí conociera a Filipo, niño al igual que él, hijo de Amintas III y que en el futuro sería rey (como Filipo II). Aristóteles perdió pronto a sus padres, antes del año 367 a. de C. Próxenos, el marido de la hermana del pequeño, fue quien recibió de Nicómaco el encargo de educarlo, de modo que Próxenos y su hermana fueron sus tutores y padres adoptivos, a quienes Aristóteles siempre tuvo en gran estima y les fue muy agradecido.

Tras la muerte de Amintas III y el asesinato de su sucesor (Alejandro II), Ptolemaios de Alaros se hizo cargo de la monarquía macedonia. No sólo había matado a su antecesor, sino que perseguía a los seguidores de Amintas, por lo que Aristóteles decidió marcharse con sus padres adoptivos a su casa de Estagira. Allí completó su educación básica, seguramente, y puede que le cayera alguna obra de Platón. En todo caso, hacia el 367 antes de Cristo se mudó nuevamente, esta vez a Atenas.

En Atenas, y a los diecisiete años de edad, nuestro personaje entra a formar parte de la Academia, donde permanecerá dos décadas, hasta la muerte de su maestro, el insigne Platón. De la relación de Aristóteles con Platón y el pensamiento de éste, los puntos en común y las evidentes diferencias, hablaremos en una próxima nota.

En la Academia Aristóteles destacó, siendo uno de los miembros más brillantes. Apasionado por la lectura (leí a él mismo los libros, algo infrecuente en la época, ya que solía ser un criado especial quien los leía en voz alta), parece que ser que fue uno de los primeros griegos que se dedicaba a leer de forma personal todo lo que podía. Platón le llamó, de hecho, "el Lector", seguramente con algo de mofa.

En el momento en que llega a la Academia, Platón está de viaje en Sicilia, y Aristóteles trata estrechamente con el director de la escuela (escolarca), el astrónomo, matemático y filósofo de gran reputación Eudoxo de Cnido, del que luego recogería su sistema astronómico para su propia Física.

Durante estos años Aristóteles ya escribe y publica diálogos propios, aunque a la manera platónica, como el que dirige a la escuela rival de Isocrátes, y en otros desarrolla tesis de su maestro.

Cuando falleció Platón y escogió como sucesor a Espeusipo,  su sobrino, parece que Aristóteles no se lo tomó de buen grado. El hecho es que no volvió ya nunca más a la Academia, pero aunque ciertamente tuvo una enemistad con Espeusipo, su negativa se debió más a un enfoque distinto del estudio, no por odio o rencor ni al escolarca de entonces ni, mucho menos, a su maestro Platón.

Salió entonces Aristóteles de Atenas en compañía de Jenócrates, quienes fueron a Assos y allí fundaron una rama de la Academia. Allí fue consejero político y amigo del tirano Hermias (recordemos que el vocablo "tirano" actualmente tiene connotaciones peyorativas, pero entonces muchos tiranos gozaban de las simpatías y el aprecio de los ciudadanos). También se casó con Pitia, la sobrina del tirano, que murió siendo aún bastante joven, y con la que nuestro filósofo parece que fue muy feliz. Tres años después Aristóteles pasó a Metilene, donde probablemente conoció a Teofrasto, que iba a ser el discípulo más importante del estagirita. 

Hermias y Filipo II de Macedonia (antiguo amigo de Aristóteles, y que había accedido al trono en 359 a. de C.) empezaron a entablar negociaciones para llevar a cabo una victoria helénica sobre Persia, pero el general persa Mentor capturó a traición a Hermias y, tras una trágica tortura, asesinó al tirano. La ejecución causó una profunda conmoción en Aristóteles. Para honrarle, escribió un himno cuasi religioso que, más tarde, le traería bastantes problemas.

Estos cinco años repartidos entre Assos y Metilene fueron muy productivos, en los que el estagirita llevó a cabo numerosos estudios naturalistas y de búsqueda de los principios básicos de la Física, y en los que pudo vivir alejado de las intrigas y tensiones propias de la corte macedona y las agitaciones propias de Atenas.

Pero en 342 antes de Cristo esta vida relajada terminó, ya que su amigo Filipo II le invitó a la corte de Pela para que se encargara de la educación y formación de su hijo, Alejandro Magno, que entonces tenía trece años de edad. Aristóteles no podía negarse, ni tampoco lo deseaba; antes al contrario, era una oportunidad fascinante. En la Academia, uno de los máximos objetivos era que los filósofos pudieran influir en la conducta y decisiones de un monarca o príncipe, inculcándole los valores y principios de la filosofía política adecuada. Platón había tratado de lograr algo así con Dionisos II, el tirano de Siracusa, pero sus dos viajes con tal propósito habían terminado en catástrofe. Aristóteles, por tanto, tenía una nueva oportunidad ante sí, y nada menos que la de formar al futuro líder de todos los griegos. 

Curiosamente, de esta etapa, que abarca ocho años en la vida del estagirita, no se sabe prácticamente nada. Cuando muere Filipo (335 a. de C.), Alejandro Magno sube al trono, y Aristóteles abandona Pela (se supone que ya está concluida su labor docente con el joven rey) para dirigirse nuevamente a Estagira durante un corto tiempo. Si bien nuestro pensador mantenía cierto vínculo con su discípulo, lentamente se va agrietando, en parte debido a la distinta forma de entender los pueblos griegos y "bárbaros" (Alejandro los veía como iguales, algo inaceptable para Aristóteles, que siempre denigró a los segundos [propuso cuidar de ellos como uno cuida a "sus animales"]). Pero, también, a consecuencia de la ejecución de su sobrino Calístenes, que había ido a servir a Alejandro, pero contra el que cayeron sospechas de conjura contra el rey y fue ajusticiado.

En 334 antes de Cristo Aristóteles vuelve a Atenas. Tal vez lo "normal" hubiera sido que se reintegrase a la Academia (en ese momento dirigida por su buen amigo Jenócrates), pero dados los 17 años transcurridos desde su partida, así como sobretodo el hecho de que allí se trataba más los temas de dialéctica y la matemática, mientras que Aristóteles estaba más interesado en la investigación empírica de la naturaleza, le hicieron decidir formar su propia institución.

El santuario del Liceo disponía de gimnasios (como también sucedía con la misma Academia), así como amplios jardines y pórticos, los cuales eran lugar de reunión en los que se paseaba, charlaba y discutía temas de actualidad mientras se caminaba. Aristóteles decidió entonces dar sus clases en el gimnasio del Liceo, terrenos con árboles y abundantes fuentes. El gimnasio, gigantesco, construido en la época de Pericles, poseía un perípatos, o sea, un paseo porticado, razón por la cual a la escuela aristotélica también se le conoce con el nombre de peripatética.

Aristóteles era entonces muy célebre, y su amistad con el rey debió permitirle acceder a métodos de investigación y estudio excepcionales. Por las mañanas nuestro filósofo se dedicaba a los cursos más complejos y difíciles de filosofía, digamos, "universitaria" (sus alumnos tomaban apuntes que, como veremos en la siguiente nota de la serie, resultarían fundamentales), llamados "esotéricos". Por la tarde se dirigía a un auditorio más amplio y popular, y allí les daba lecciones de retórica y dialéctica ("exotéricas"). Tanto en el Liceo como en la Academia había miembros jóvenes y avanzados, y cada uno vivía por su cuenta, y en ningún caso se pagaba ni recibía nadie remuneración ninguna. El escolarca, en ambas escuelas, no imponía ninguna doctrina ni postura, sino que espoleaba a los miembros a pensar críticamente y con originalidad.

Al morir Alejandro Magno en 323 antes de Cristo (muerte cuya causa sigue siendo un misterio), se desató inmediatamente en Atenas una exacerbada agitación antimacedona liderada por Demóstenes. Aristóteles había tramado amistad con Antípatros, un general macedonio de Filipo II, que había sido escogido por Alejandro cuando marchó a conquistar Asia en 334 a. de C. Pero aquel tuvo que marchar también poco después a Babilonia, y cuando se conoció la muerte del rey, Atenas quedó desguarnecida y en peligro de levantamiento. Ahora que Alejandro había muerto y Antípatros estaba lejos, Aristóteles era la principal cabeza visible de la simpatía macedonia. Acusado de impiedad (por el himno a Hermias mencionado), acusación que no era sino un pretexto para descargar sobre el estagirita todo el odio de los nacionalistas atenienses contra lo macedonio, nuestro pensador tuvo que partir apresuradamente de Atenas para salvar su vida. Como dijo, al parecer, lo hizo para "evitar que los atenienses cometieran un segundo crimen contra la filosofía", en evidente referencia a Sócrates y su juicio.

Llegó entonces a Eubea, donde poseía una finca con una casa herencia de su madre. Aquí permaneció Aristóteles unos meses, hasta el día de su muerte, a principios de otoño del año 322 antes de Cristo, a los 62 años de edad y aún en plena madurez mental. Parece ser que una enfermedad del estómago (cáncer o úlcera) fue la causa.

En su testamento cita a su hija menor, Pitia, llamada como su primera mujer; Herpilis, que había trabajado con el servicio de Aristóteles y con la que éste se casó al morir Pitia; y su hijo Nicómaco, fruto de su unión con Herpilis. Y especifica que sus restos mortales no se separen de Pitia, como ella misma había deseado.

Según parece, Aristóteles fue feliz en ambos matrimonios, y en esto también se separa de su maestro Platón (quien, probablemente, era homosexual), o el estoico Zenón o Epicuro, ambos solteros. Por no mencionar a los misóginos Teofrastro (que escribió un libro contra el matrimonio) o el mismo Sócrates, que despreciaba a la mujer. El mismo Teofrasto sería el encargado de seguir las enseñanzas de su maestro en el Liceo.